Evocas el hechizo del silencio, besando las mejillas del sordo sabio, que amarrado con cabellos de hedonistas musas, yace tendido entre versos inconclusos de amor. Ignoras la afable mirada de unos ojos sin parpados que vigilan la sutileza de tu gracia, ocultándose detrás del reflejo, susurrando palabras de ensueño. Labios secos, manos que rezan, saladas lágrimas diáfanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario